CNT Manresa.- Reproduïm un relat d’una companya de la secció sindical de Bimba, restaurant que aquest estiu ha intentat acomiadar il·legalment dos treballadors de la secció.
Deixem les seves paraules, que donen un relat dels fets:

HECHOS:
Todo se remonta a Octubre del 24. La empresa pone en marcha el proyecto, invierte en reformas estéticas y de infraestructuras externas del local, llevan a cabo mucho gasto en marketing digital y propaganda. La demanda recibida es positiva durante los primeros meses y la clientela sale muy satisfecha. Lo que ocurre es que las instalaciones en cocina están obsoletas y antiguas, el material laboral que se nos facilita es precario y entre otras cosas, empiezan a dar problemas por no estar equipadas y adecuadas para trabajar, no se puede llevar a cabo los servicios con normalidad. Los trabajadores que seguimos allí pese a soportar situaciones insostenibles (bajadas de tensión, fogones inoperativos por falta de mantenimiento o inversión, freidoras en mal estado, horno que emitía sonidos de explosiones, cámaras frigoríficas que no funcionaban correctamente, congeladores que no estaban a la Tª adecuada, falta de material, zona de “plongée” con pérdidas de agua constantes, etc) somos cuarto. Quiero destacar que en el transcurso que el Restaurante ha estado operativo y yo he sido integrante, se realizaron más de 25 contrataciones de personal en plantilla, muchos de los cuales se marcharon por las condiciones laborales y otros que fueron despedidos por falta de experiencia o aptitudes.
A nivel de empresa, deciden cerrar el establecimiento para realizar un seguido de mejoras y obras en cocina para ponerla en condiciones óptimas. Así que nos comunican que “tenemos vacaciones”, y digo “ Vacaciones” porque lo deciden unilateralmente, sin ningún tipo de consulta ni calendario laboral prefijado, y así es como lo computan. Para mi sorpresa me encuentro que el día antes de abrir, dichas mejoras no se han realizado. Tan solo habían colocado unas mesas de acero inoxidable para alargar el pase, un Horno de Segunda Mano que nos daría problemas posteriormente y las mangueras de las picas.
Pongo en conocimiento a los responsables de que la cocina no está en condiciones para reanudar la actividad laboral con seguridad ni normalidad, mi disconformidad ante la situación, y además la imposibilidad de realizar producciones de menú y carta tal y como estaban las instalaciones. Conseguí que entraran en razón y posponer la apertura a dos días vista. Retomamos la actividad pese a lo ya dicho anteriormente, se nota un declive considerable en la magnitud de faena que teníamos (pues veníamos de navidades y en hostelería se sabe que los meses de enero y febrero son flojos). Los trabajadores aprovechamos para poner al día las producciones y una puesta a punto de lo que estaba a nuestro alcance en cocina. Recibimos órdenes explícitas de mandar para casa a X trabajadores porque “no había faena” , y que ya se devolverán a la empresa cuando les hiciera falta.
Manifestamos nuestra disconformidad, empezamos a exigir nuestras horas extra no remuneradas, responsabilidades por material laboral que no disponía de los dispositivos de seguridad (máquina de cortar). La reacción de la empresa es alegar que tenían pérdidas y que los resultados del primer trimestre habían resultado negativos, que las horas extras no las podían pagar y que fuéramos cogiéndolas aleatoriamente (hecho que nunca llegó a disfrutarse por la imposibilidad, falta de personal en plantilla).
La actividad laboral vuelve a incrementar, pero sufrimos varias bajas médicas de distintos trabajadores en plantilla, hecho que nos repercutió directamente a nosotros. Pesé a ello, asumó roles que no me pertocaban ni por mi categoría profesional ni por mi sueldo (empiezo a realizar comandas, horarios, elaboraciones, previsión de producciones, organización de tareas, entre otras). La situación cada vez es más tirante, estresante e insostenible, intentamos desde cocina mantener diversas conversaciones con el responsable con el fin de encontrar soluciones y frenar ese modus operandi. Tras varios intentos frustrados, se decide acudir al sindicato y asesorarnos. Ponemos en conocimiento a la empresa de que se ha constituido una sección sindical en la que llegamos a ser 5 trabajadores de los 7 que por aquel entonces éramos, y a partir de ahí empiezan los tratos discriminatorios y la inexistencia de interés por invertir en mejoras. Existen comentarios ofensivos y fuera de lugar hacia el jefe de cocina, hecho que le lleva a estar en tensión y ansiedad diaria por acudir a su puesto de trabajo. Finalmente un doctor determina que debe estar de baja, y entonces recae en mí más presión y más peso del que ya se vivía.
Sigo luchando a nivel sindical para reunirnos, y los responsables jamás mostraron interés alguno por enfrentar la situación y revertirla.
El ambiente laboral comienza a ser hostil, y finalmente después de varios ataques de ansiedad, voy a la mutua y me derivan a mi médico de cabecera para darme la baja laboral. Lo comunico a la empresa, mi intención en todo momento era volver, porque soy una chica muy trabajadora, autoexigente y sufría por las consecuencias que mi ausencia pudiera acarrear a nivel laboral. Lo que ocurre es que pasados 7 días recibo un abono en mi cuenta bancaria en concepto de indemnización por despido objetivo.
DENUNCIA: Yo puedo entender que como empresa mires por los beneficios e incluso puedas llegar a exigir de más porque consideres que no se está rentabilizando al máximo tu negocio. Pero no a costa de Conceptos Salariales que me pertenecen, como horas extras, pluses de nocturnidad y festividad, mis condiciones laborales y medioambientales, incluyendo también mi salud tanto física como mental. Se han pasado los derechos del trabajador por el forro, y el convenio colectivo que teóricamente nos ampara y protege en Hostelería también. Por casos como el que he vivido, considero que el sector de la hostelería está totalmente corrompido y prostituido. Nuestros abuelos y abuelas lucharon mucho para que ese mismo esfuerzo y trabajo por conseguir lo que hoy tenemos haya sido en vano.
ESTADO FÍSICO Y DE SALUD: Desgaste psicológico, pérdida de peso considerable, no comía en horas de trabajo, dedicaba toda mi fuerza en sostener lo insostenible, realizaba el trabajo de 5 personas, acarreaba con ansiedad a diario, he recibido comentarios totalmente fuera de lugar por parte de un superior, llegando incluso a dudar de mi capacidad laboral y a mimbrar mi autoimagen y autoconcepto.
IMPUNIDAD ACTUAL: Como empresa creo que han dejado muy clara su postura actual, y es que el libre albedrío nos pertenece a todos, pero creo que la impunidad con la que actúan antes durante y después debe tener consecuencias legales, han vulnerado la ley y cometido fraude fiscal ante la Seguridad social. Tan siquiera se han presentado a las conciliaciones.
ACCIONES SINDICALES Y LIBERTAD DE EXPRESIÓN: Como víctima de dicha situación, soy conocedora de que hasta que un juez o jueza dictamine lo contrario están en presunción de inocencia, pero mi obligación moral y ética es hacer pública las injusticias vividas y todo lo cometido para que al menos se pongan todas las cartas sobre la mesa hasta que llegue el día. Igual qué sé que ellos tras está entrevista están en total derecho de demandar; Aunque mi pregunta es ¿hasta qué punto está penada la libertad de expresión en este país, cuando no se está diciendo nada que no sea verdad?
CONSECUENCIAS PSICOLÓGICAS E IMPACTO ECONÓMICO TRAS EL DESPIDO: Al recibir esa notificación me alarmé muchísimo, tuvieron que subirme los ansiolíticos y pocos días después recetar antidepresivos. Estaba débil y sentía que era una injusticia. Se ha jugado con mi estabilidad económica, física y mental, hasta el punto que me han despedido por formar parte de un sindicato y estar de baja. A día de hoy sigo con consecuencias tras lo vivido:
Económicamente es algo tangible, pero lo que más me preocupa es que he dudado sobre mi capacidad de volver a trabajar en mi sector por si volvía a vivir algo de lo parecido en este local, la ansiedad aparece intermitentemente en mi actual puesto de trabajo, desconfío de las intenciones que tiene la gente e inclusive sigo bajo medicación para conseguir estabilizar este pico que tuve. A consecuencia de todo ello también me ha costado acceder a una vivienda, llegar a fin de mes, y poder darle una vida digna a mi hijo que es también mi mayor preocupación actual.